Desde la montaña, tres volúmenes a dos aguas con visuales hacia el paisaje lejano. Un proyecto donde el ladrillo cocido está presente en todos los espacios, otorgando calidez y un estilo rústico para un ambiente familiar.
Las puertas vidrieras metálicas con bastidores en roble tintillado se abren en acordeón para conectar con el paisaje lejano.
El protagonista: ladrillo rústico matizado de 19×9.5×6 cm cocido al horno entre 350ºC y 600ºC, que logra una variación de tonos que van desde el rosado claro hasta el púrpura oscuro.